Jean Marc Nattier – El intercambio de las dos reinas

DFR 162
El intercambio de las dos reinas
Jean Marc Nattier
Lápiz, pluma y aguada gris sobre papel
48,5 x 35,2 cm
verjurado
Basado en una obra de Rubens de 1615, antes en la Galería de Luxemburgo, ahora en la Sala Rubens del Louvre. Ver descripción del producto al final de la Biografía. Etiqueta ROMANOFF al reverso
1710

Jean-Marc Nattier (París, 7 de marzo de 1685- Ibidem, 7 de noviembre de 1766), fue un pintor francés del Rococó.

Fue hijo de Marc Nattier, un pintor retratista, y de Marie Courtois, una miniaturista. Recibió su primera formación de su padre, y habiéndose dedicado a copiar cuadros en la Galería de Luxemburgo, rechazó acudir a la Academia Francesa en Roma, aunque había obtenido el primer premio en la Academia de París a la edad de quince años. En 1715 marchó a Ámsterdam, donde Pedro el Grande estaba por aquel entonces, y pintó retratos del zar y de la emperatriz Catalina, pero declinó el ofrecimiento de ir a Rusia. Entre 1715 y 1720 se dedicó a composiciones como la Batalla de Poltava, que pintó para Pedro el Grande, y la Petrificación de Fineo y sus compañeros, que le llevaron a ser elegido para la Academia. La quiebra financiera de 1720, arruinó prácticamente a Nattier, quien se encontró obligado entonces a dedicar toda su energía a los retratos. Se hizo el pintor oficial de las damas de la corte de Luis XV. Los ejemplos más notables de su retratística son la María Leszczynska en el Museo de Dijon, las de su hija Adelaida (1756) y un grupo de artistas rodeados por su familia, datado en 1730. Murió en París en 1766 y fue sepultado en la Iglesia de San Eustaquio. Muchos de sus cuadros están en colecciones públicas francesas. Así, en el Louvre está su Magdalena; en Nantes el retrato de La Camargo y Una dama de la corte de Luis XV. En Orleans una Cabeza de una joven, en Marsella un retrato de Mme de Pompadour, en Perpiñán un retrato de Luis XV, y en Valenciennes un retrato de Le Duc de Boufflers. Al Museo de Versalles pertenece un importante grupo de dos damas y en la Gemaldegalerie de Dresde un retrato del Maréchal de Saxe. En la colección Wallace Nattier está representado por La condesa de Dillires, El baño (Mdlle de Clermont), Retrato de una dama vestida de azul, Marie Leczinska y Un príncipe de la casa de Francia. En la colección de Lionel Phillips está la duquesa de Flavacourt como Le Silence, y la duquesa de Châteauroux como Le Point du jour. Un retrato de la Condesa de Neubourg y su hija formó parte de la colección Vaile, y se vendió por 4500 guineas en la venta de esta colección en 1903. Las obras de Nattier han sido grabadas por Leroy, Tardieu, Audran, Dupin y muchos otros artesanos destacados.

DESCRICION  y  ANTECEDENTES DE  LA OBRA:

a) ANTECEDENTES

La frontera natural entre España y Francia, el rio Bidasoa, ha sido testigo a través de la historia, de muchos acontecimientos  que han marcado una huella indeleble en la misma, pero pocos de ellos suscitaron, en su momento, una expectación parecida a lo que sucedió en 1615. En aquel año, se produjo un hecho histórico que, celebrado con toda solemnidad el 9 de Noviembre, hizo que la relación entre las dos naciones cobrara un giro, hasta aquel momento, de normalidad  que no había existido hasta entonces. Las casas reales de las dos mayores potencias de la época decidieron zanjar sus constantes litigios y sentar las bases de una futura colaboración. Para ello, decidieron, cuatro años antes, un intercambio de herederas con fines matrimoniales, sistema habitual para acercar posturas y evitar conflictos entre las mismas, suponiendo que los lazos consanguíneos  serían capaces de hacer lo que la política no conseguía  a través  de los tratados, algo que la realidad se encargó de desmentir una y otra vez.

Se escogió para este sacrificio  a las princesas Isabel de Borbón de 13 años por parte de Francia  y Ana de Austria de 14 años por la parte española.

El intercambio de princesas, denominado Las Entregas del Bidasoa, fué, como era lógico esperar, un acontecimiento social considerable y su puesta en escena estuvo acorde con el evento, teniendo en cuenta que las dos naciones, en aquel entonces, eran en la práctica las que decidían el orden mundial.

Hubo música, regalos y todo en la ceremonia se realizó sin escatimar nada que pudiera deslucir el evento, que quedó reflejado en todas las críticas posteriores que se efectuaron.

Por lo que respecta a las inevitables repercusiones artísticas, Pedro Pablo Rubens, bajo el encargo de María de Médicis, madre de la princesa francesa, hizo un magnífico trabajo para decorar el Palacio de Luxemburgo, mediante la ejecución de veinte lienzos, mientras que Lope de Vega escribía una comedia  denominada Las Dos Estrellas Trocadas.

b) GRABADO

De resultas de el gran éxito que tuvieron los grandes cuadros de Rubens  y la gran repercusión del evento,  el rey Luis XIV encargó, en 1706, que se procediera, por los más importantes grabadores de la época a la ejecución de copias que pudieran distribuirse para mayor gloria del acontecimento. Dicha seríe fué encargada a Jean Marc Nattier como dibujante  y a los más finos grabadores de su tiempo (Audran Benoit, Massé, Edelinck, Chastillon, Duchange, Loir, Trouvain, Simonneau, Picard y Vermellen). Los grabados fueron publicados en 1710.

c) DIBUJO

Hay constancia histórica que, en 1710, con anterioridad a los grabados, en el taller de Gaspard Duchange, Jean Marc Nattier  hizo una copia dibujada (lo que se denomina un dibujo para grabado) que, bajo nuestro punto de  vista, es la que ahora presentamos a nuestros seguidores. Tiene  la calidad necesaria para serlo, con, además, un importante detalle que lo corrobora: En el reverso del dibujo hay adherida una etiqueta que indica la procedencia del dibujo «ROMANOFF»

Como es bien conocido, Nattier, en 1715, se desplazó a Amsterdam, llamado por el entonces Zar de Rusia, Pedro el Grande, para realizar una serie de retratos solicitados por el mismo Zar.

Es previsible, que Nattier regalara a Pedro el Grande en aquella visita el dibujo que ahora presentamos y que fué realizado con posterioridad a los dibujos a sanguina sobre la obra de Rubens que había tenido que hacer para facilitar la labor de los grabadores que estaban bajo su mando, y que, como sabemos, están actualmente depositados en la Bibliotheque de L’Arsenal en Paris. Probablemente, éste  dibujo ( dibujo para grabado, realizado asimismo por Nattier) fué trasladado a Rusia. Sin embargo, la accidentada historia sufrida por la familia Romanoff a principios del siglo XX  y la diáspora de algunos de sus miembros supervivientes a partir de la revolución de 1917 y su trágico final dificulta explicar su historia y seguimiento. Podemos aventurar la hipótesis de que el presente dibujo viajara a Estados Unidos por algún miembro de la família  que consiguió exiliarse. De hecho, el último miembro de la família Romanoff, el príncipe Vladimiro Kirílovic,  pretendiente al trono de Rusia (hijo del primo de Nicolas II), falleció  en Miami en la cercana fecha de 1992. La obra presente fué adquirida hace unos años en Estados Unidos después de haber pertenecido al profesor de Arte e  historiador Joshua B. Kind, profesor de la Universidad Northwestern y la Escuela del Instituto de Arte de Chicago, fallecido en 2019.

 

Restaurado
Colección de Pedro El Grande, El Hermitage, del patrimonio de Joshua B. Kind, profesor de la Universidad Northwestern y la Escuela del Instituto de Arte de Chicago. Colección del Carmen