Guido Reni – La muerte de Lucrecia

DIT 206
La muerte de Lucrecia
Guido Reni
Lápiz, pluma y aguada parda
40,9 x 28,7 cm (Hoja) - 26,4 x 17,8 cm (área dibujada)
Verjurado, corondeles verticales a 31 mm
Flor de lis inscrita en círculo, con corazón en la parte superior y letras J.M.C. (?). Firmado Guido abajo a la izquierda. Anotado 67 abajo a la derecha
1er tercio siglo XVII

Guido Reni (Bolonia, 4 de noviembre de 1575-Bolonia, 18 de agosto de 1642) fue un pintor italiano perteneciente a la Escuela Boloñesa y famoso del clasicismo romano-boloñés.

Durante mucho tiempo se pensó (por un error de transcripción) que Reni nació en Calvenzano di Vergato, cerca de Bolonia, pero en realidad nació en la misma Bolonia, en un edificio ahora conocido como Palazzo Ariosti. Sus padres fueron Danieli Reni, músico, y Ginevra de’ Pozzi. A los nueve años, entró como aprendiz en el taller boloñés de Denys Calvaert. Poco después, se le unieron en tal taller Albani y Domenichino. Puede que también haya tenido un periodo de aprendizaje con un pintor llamado Ferrantini. Cuando Reni tenía unos veinte años de edad, los tres discípulos de Calvaert se marcharon a un taller rival por entonces emergente, llamado Accademia degli Incamminati (Academia de los «recién embarcados» o progresivos), dirigida por Lodovico Carracci. Formaron el núcleo de la prolífica y exitosa Escuela de pintores boloñeses que siguieron a Annibale Carracci a Roma. Como muchos otros pintores boloñeses, la pintura de Reni era de estilo temático y ecléctico. A finales de 1601, Reni y Albani se habían trasladado a Roma para trabajar en los equipos a las órdenes de Annibale Carracci en decoraciones al fresco del Palacio Farnesio. Durante el período 1601-1604, su principal mecenas fue el cardenal Sfondrato. Para los años 1604-1605, recibió un encargo independiente para un retablo que se colocaría en la Basílica de San Pedro de la Crucifixión de San Pedro. Después de un breve viaje a Bolonia, regresó a Roma para convertirse en uno de los primeros pintores durante el papado de Paulo V (Borghese). Desde los años 1607-1614, fue uno de los pintores protegidos por los Borghese. Se considera que su obra maestra es el techo pintado al fresco por Reni de la gran sala central del palacio del jardín, llamado Casino dell’Aurora y que se ubica en terrenos del Palazzo Pallavicini-Rospigliosi. El casino fue, en origen, un pabellón encargado por el cardenal Scipione Borghese;​ la porción posterior que da da a la Plaza Montecavallo y al Palacio del Quirinal.​ El gran fresco se encuentra enmarcado in quadri riportati y representa a Apolo en su carro precedido por la Aurora trae la luz a este mundo.​ La obra es contenida en su clasicismo, copiando poses de sarcófagos romanos, y mostrando mucha más simplicidad y contención que el bullicioso Triunfo de Baco y Ariadna de Carracci​ del Palacio Farnesio. Reni en esta pintura se aproxima más a la línea severa y grave de pintores como Cavaliere d’Arpino, Lanfranco, y Albani y su «Escuela» de pintura mítico-histórica, y menos con los frescos más populosos característicos de Pietro da Cortona. Poca concesión hay a la perspectiva, y el estilo de un colorido vibrante es antitético al tenebrismo de los caravagistas. Se ha comprobado que le pagaron 247 scudi y 54 baiocchi al acabarlo el 24 de septiembre de 1616. También pintó al fresco la Capilla Paolina en Santa Maria Maggiore de Roma, así como las alas Aldobrandini del Palacio Apostólico Vaticano. Según el rumor, la capilla pontificia de Montecavallo (Capilla de la Anunciación) fue asignada a Reni para que la pintase. Sin embargo, debido a que sintió que los ministros le pagaban poco, el artista se marchó de Roma para ir a Bolonia, dejando el papel de artista preeminente en Roma a Domenichino.  En años posteriores, Reni viajó a Nápoles para completar un encargo para pintar el techo en una capilla de San Gennaro. Sin embargo, en Nápoles, los otros pintores locales destacados, incluyendo a Belisario Corenzio, Giovanni Battista Caracciolo y Ribera, eran muy combativos contra los pintores foráneos, y corrió el rumor de que conspiraron para envenenar a Reni, o lesionarle de algún otro modo (como pudo haberle ocurrido, antes que él, a Domenichino en Nápoles). Pasó brevemente por Roma, pero abandonó esta ciudad repentinamente, durante el pontificado de Urbano VIII, después de recibir una reprimenda del Cardenal Spinola.

De regreso en Bolonia, de forma más o menos permanente, Reni estableció un taller exitoso y prolífico.Recibió el encargo de decorar la cúpula de la capilla de Santo Domingo en la Basílica de Santo Domingo en Bolonia, entre 1613 y 1615, produciendo como resultado el radiante fresco Gloria de Santo Domingo, una obra maestra que puede ser comparada con la exquisita Arca di San Domenico que está debajo. También contribuyó a la decoración de la Capilla del Rosario en la misma iglesia, con una Resurrección. En Rávena, pintó la capilla en la catedral con su admirado cuadro de los Israelitas recogiendo el maná. Reni, después de marcharse de Roma, alternativamente pintó en una variedad de estilos, fiel a los gustos eclécticos de muchos de los discípulos de Carracci. Por ejemplo, su retablo de Sansón Victorioso presenta unas poses estilizadas propias del manierismo.​ Como contraste, su Crucifixión y Atalanta e Hipómenes​ presentan un dramático movimiento en diagonal junto con los efectos de luz y sombra que traicionan la influencia de Caravaggio. Su turbulenta y violenta Masacre de los inocentes (Pinacoteca, Bolonia) está pintado de una manera que recuerda a Rafael. En 1630, pintó el Pallion del Voto con imágenes de San Ignacio y San Francisco Javier, pintados durante la plaga que en 1630 asoló Bolonia.  Aunque su principal ayudante fue Giovanni Andrea Sirani, el artista más distinguido que pasó por su taller fue Simone Cantarini, llamado «Il Pesarese», quien pintó un retrato de su maestro, actualmente en la Pinacoteca Nacional de Bolonia. Otros discípulos fueron Domenico Maria Canuti, Giovanni Battista Michelini, Giacomo Semenza, Francesco Gessi, y Marco Bandinelli. Reni murió en Bolonia en 1642. Fue enterrado, junto con la también pintora Elisabetta Sirani (hija de su ayudante), en la Capilla del Rosario de la Basílica de Santo Domenico en Bolonia.

Adjuntamos el óleo subsiguiente a  nuestro dibujo, existente en el Museo del Prado

Bueno
Colección Del Carmen