Jacob Van Ruysdael – Paisaje fluvial

Jacob Van Ruysdael (o Ruysdaal) (Haarlem, c. 1628 – 1682) fue un pintor barroco neerlandés, especializado en la pintura de paisaje. Su dibujo pertenece a la Escuela de Pintura Flamenca y Holandesa del Siglo XVII.

En sus inicios se formo con su padre Isaack van Ruisdael, pintor y fabricante de marcos, y su tío Salomon Van Ruysdael.  Y también se apunta la posibilidad de que completase su formación con Allart van Everdingen. Su primera obra fechada es de 1645. Tres años más tarde fue admitido en la guilda de San Lucas en Haarlem, a la que perteneció hasta 1655.

En 1649 viajó a Rhenen, en la provincia de Utrecht, y una año después, en compañía de Nicolaes Berchem marchó a Alemania. Allí visitaron el castillo de Bad Bentheim y el de Steinfurt en Westfalia que inspiran algunas de sus obras.

De regreso a Holanda se estableció en Ámsterdam en 1653. Pero en 1661 hizo un nuevo viaje a Alemania posiblemente en compañía de su discípulo Meindert Hobbema. También colaboraron en las figuras de sus paisajes Adriaen van de Velde, Philips Wouwerman, Johannes Lingelbach  y Nicolaes Berchem. Y se cree que colaboró con Thomas de Keyser en el paisaje del retrato de la familia del burgomaestre de Ámsterdam.

A partir del siglo XVIII sus obras ganaron estimación y se dispersaron por museos y colecciones europeas. Así hay obras suyas en el Louvre y en la National Gallery. También en colecciones de La Haya, Ámsterdam, Berlín, y Dresde. En España destaca el repertorio conservado en el Museo Thyssen-Bornemisza, y un bello paisaje en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.

Entre su temática favorita se encuentran las escenas boscosas, parecidas a las de Everdingen y Hobbema. Destaca como pintor de árboles y de follaje. También se observa clara influencia de Rembrandt en sus vistas de ciudades a lo lejos. Este hecho es destacable en la vista de Haarlem en posesión del marqués de Bute, y la de Katwijk en la Galería de la Corporación de Glasgow.

A menudo pintó escenas de costa y marinas, pero sus mejores obras representan la soledad de los bosques. Los temas de algunas escenas de montaña parece que han sido tomadas de Noruega. Así se cree que Ruysdael viajó a ese país pero ninguna prueba documenta ese viaje. Por tanto las obras pudieron ser meras adaptaciones de paisajes de Van Everdingen, cuyo estilo copió en una época.

Tan sólo hay un tema arquitectónico en su pincel: un admirable interior de la Nueva Iglesia, Ámsterdam. El color que predomina en sus paisajes es un rico color verde, que oscurece con el tiempo. Mientras que un gris claro caracteriza sus piezas marinas. El arte de Ruysdael muestra poco del conocimiento científico de los paisajistas. Pero es sensible y poético en su sentimiento, directo y hábil en su técnica.

Sin embargo las figuras apenas se introducen en sus composiciones, y las que lo hacen se cree que proceden de otros pintores. A diferencia de otros paisajistas holandeses, Ruysdael pensaba con cuidado y arreglaba sus composiciones. Así introducía una infinita variedad de sutiles contrastes en la formación de las nubes, las plantas y formas de los árboles, y el juego de luz. Particularmente destacó al pintar paisajes con nubes que se desparraman como una bóveda sobre el paisaje, y determinan la luz y sombra de los objetos.