Jean-Baptiste Pillement (Lyon, 1728 – 1808) fue un pintor y decorador francés. Su dibujo y pintura pertenece a al Escuela Francesa del Siglo XVIII donde destacó por la delicadeza y refinamiento de los paisajes.

Del mismo modo influyó en la difusión del estilo rococó y del gusto por las chinoiseries, a través de los grabados que se abrieron a partir de sus obras. Publicó varias obras sobre arte y técnicas decorativas, además de un valioso volumen de memorias.

En 1743 marchó a París, donde trabajó como aprendiz de dibujo en el taller de Gobelinos. Dos años después, viajó a España donde residió cinco años ganándose la vida como dibujante y pintor de paisajes. También en Portugal gozó de notable éxito y trabajó para la corona, la aristocracia y la burguesía comercial.

Así para el cónsul holandés en Lisboa, Jan Gildemeester, decoró la llamada Sala Pillement en el palacio de Seteais. De 1754 a 762 residió en Londres, donde publicó su primera obra sobre la decoración de chinoiserie. Influido por los paisajes de Nicolaes Berchem, adoptará ahora un lenguaje más bucólico y artificial.

También reclamado por Estanislao II Poniatowski  para trabajar en la decoración del palacio real y en el castillo de Ujadzów. Estos trabajos, los más ambiciosos de su carrera, le mantuvieron ocupado hasta 1767.  En 1789, en vísperas de la Revolución francesa, pasó una temporada en Pézenas en el Languedoc. Aquí pintó uno de los tres cuadros que de Pillement conserva el Museo del Prado, Náufragos llegando a la costa.

En 1800 retornó a Lyon donde pasó los últimos años de su vida dibujando patrones para las manufacturas sederas de la ciudad. Además de por sus paisajes al óleo o al pastel, Pillement es conocido por sus ilustraciones. Realiza una combinación fantástica de vegetación, flora y fauna con figuras humanas y motivos orientales reproducidos en grabados. También fueron utilizados en la decoración de porcelana, tejidos, piezas de orfebrería y papel pintado.