Anton Rafael Mengs-Leopoldo II

DE 185
Leopoldo II
Antón Rafael Mengs
Lápiz sobre papel
30,5 x 21,3 cm
verjurado, corondeles verticales a 24 mm
Filigrana AM. Incorpora marcas de tórculo, como si se hubiera utilizado como contraprueba ó para trasladar el dibujo a otro soporte
XVIII

Anton Raphael Mengs (Aussig, Bohemia, 1728 – Roma, 1779) fue un pintor neoclásico de la Escuela de Pintura Española del Siglo XVIII.

Gozó de éxito internacional y trabajó para diversas cortes europeas: Dresde, Madrid y Viena, entre otras. Como curiosidad decir que su nombre se debe a dos pintores que fueron fuente de inspiración para su padre y más adelante lo serían para él. Se trata de  Antonio Allegri (apodado Correggio) y Rafael Sanzio.

Su etapa de formación no sólo se orientó a las técnicas sino a la teoría del arte. Así estaba en sus inicios como ciencia, abanderada por Johann Joachim Winckelmann de quien fue alumno destacado y amigo. Se formó en Dresde bajo la dirección de su padre, Ismael Mengs, que era pintor oficial de la corte. Además de pintor era un gran artista con el dibujo y especialista en miniaturas y esmaltes.

Cuando viajo a Roma, Mengs trabajó bajo la dirección de Marco Benefial y estudió especialmente la escultura antigua del Belvedere. Por supuesto realizó estudios sobre Rafael y la pintura clásica del s.XVII. Se conservan pocas muestras de aquella etapa. Entre ellas está Las artes lloran a Rafael, que se conserva en el Museo Británico de Londres, inspirado en un trabajo de Carlo Maratta.

Cuando regresó a Dresde fue nombrado pintor de la corte, dedicándose sobre todo a los retratos al pastel. Entre sus grandes retratos están Retrato de Augusto III, Retrato del padre del artista y el Autorretrato. Todos estos retratos se encuentran actualmente en la Gemäldegalerie Alte Meister de Dresde.

Después de haber estado en Venecia, Parma y Bolonia, regresó a Roma, donde permaneció hasta 1749. Así fué pintor del rey Augusto III de Polonia desde 1746. Una vez en Italia, alternó la actividad artística con la difusión de sus ideas estéticas de retorno a la antigüedad clásica. También fue escritor de la obra Reflexiones sobre la belleza y el Gusto en la Pintura.

Una obra de ese período es Fernando IV, rey de Nápoles (1760, Museo del Prado). En esta época competía como retratista con el máximo exponente rococó del momento, Pompeo Batoni. Del estrecho contacto con el rococó tomó la vitalidad y la frescura, que serían una constante en sus retratos. También pintó la Apoteosis de S. Eusebio en 1757 en las bóvedas de la iglesia de S. Eusebio. Ya en esta obra estaba claro su alejamiento de los cánones barrocos y fijando los neoclásicos.

Tras esta obra en 1761 pintó el fresco de El Parnaso en el techo de la Villa Albani, en Roma, que se convirtió en un manifiesto del neoclasicismo. Esto se debió a su evidente empleo de soluciones tomadas de los maestros del Renacimiento y en particular de Rafael. Tras esta obra es llamado a España, donde permanecería hasta 1769, siendo nombrado Primer Pintor del rey Carlos III. Durante su cargo trabajó en el embellecimiento del Palacio Real y del Palacio de Aranjuez. De esta etapa destacan, entre otras obras, Carlos IV, príncipe de Asturias (c. 1765) y María Luisa de Parma, princesa de Asturias (c. 1765), ambos en el Museo del Prado de Madrid. También es de esta época su autorretrato de 1774 que cuelga en la Walker Art Gallery, Liverpool.

Según el gusto de la época sus frescos eran fríos, de colores desvaídos y desprovistos de emoción. Pero triunfaron sobre los de Tiépolo, a quien Mengs consiguió arrinconar. También siguió trabajando como retratista.

Desgraciadamente falleció en Roma de tuberculosis y fué enterrado en la iglesia de San Miguel, cerca de la basílica del Vaticano. Posteriormente se le erigió un sepulcro cuyo busto fue realizado por el escultor romano Vincenzo Pacetti.

Asi Anton Raphael Mengs fue el pintor más famoso y mejor considerado de su tiempo, y ejerció en sus coetáneos una influencia notable. En la actualidad, más que su pintura histórica y alegórica se valoran los retratos que realizó para numerosas cortes europeas. Su repercusión en el arte español fue notable, especialmente en la corte de Madrid. A su sombra despuntaron los Bayeu, y también intervino para que Goya obtuviese un primer empleo en la capital.

Pero su difícil carácter hizo que se enemistara con muchos personajes de la corte, lo cual le hizo acortar su estancia. Como institución heredera de las colecciones reales, el Museo del Prado alberga un importante grupo de retratos de este artista. También destaca una monumental Adoración de los pastores, pintada sobre tabla y recientemente restaurada. También entre las obras que se conservan en la pinacoteca madrileña destaca el Retrato de María Amalia de Sajonia, reina consorte de España y conciudadana de Anton Raphael Mengs, obra que ejemplifica el neoclasicismo español.

Del mismo modo la Academia de San Fernando posee un retrato suyo muy singular, La marquesa de Llano. Pero este dibujo destaca por el vestido tipo «maja» y la expresión jovial que aligeran el efecto acartonado habitual en los retratos neoclásicos. El Palacio de Liria alberga otras obras suyas, entre ellas un autorretrato.

Bueno
Colección privada parisina