Jan van Kessel (Amberes, 1626-idem, 1679) pertence a la Escuela de Pintura Flamenca y Holandesa del Siglo XVII. Su dibujo y pintura es descendiente de una nutrida saga de pintores. Era nieto por línea materna de Jan Brueghel de Velours y sobrino de Jan Brueghel el Joven y de David Teniers II, de quienes fue discípulo.

Al igual que su abuelo, cultivó varios géneros pictóricos, entre los cuales se encuentran los bodegones y flores. También como este dibujo llamado «Animalitos» escenas de animales, paisajes, alegorías y obras religiosas. Como pintor de flores manifestó una clara influencia de su abuelo Jan Brueghel de Velours. También podría considerarse seguidor de Daniel Seghers. Así pintó gran número de guirnaldas que rodean cartelas, casi siempre en torno a escenas realizadas por otro pintor.

Aunque con menor asiduidad, pintó representaciones de carácter alegórico, como las obras conservadas en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. Allí se muestran dos escenas narrativas: La rendición de los rebeldes sicilianos a Antonio de Moncada en 1411 y La entrega del bastón de capitán general a Antonio de Moncada. Las escenas centrales son obra de David ­Teniers, mientras Van Kessel realizó las orlas cuajadas de objetos triunfales y alegóricos que las rodean.

Del mismo modo gustó de representar animales, movido probablemente por cierto interés zoológico. Casi siempre especies de pequeño tamaño, principalmente peces y aves. Así destaca la serie compuesta por cuarenta pequeños cobres -uno de los cuales fue robado en 1971- conservados en el Museo del Prado. Esta colección es conocida como Las cuatro partes del mundo, donada en 1865 por Léopold Armand, conde Hugo, y que perteneció a José Bonaparte. En estas pequeñas piezas se mezcla la descripción casi miniaturista de animales reales y fantásticos, con vistas de paisajes de los continentes conocidos.

Así para la representación de animales se inspiró, en múltiples ocasiones, en obras de otros pintores. Jan Brueghel, Frans Snyders o Roeland Savery son algunos de sus referentes. En otras ocasiones, una escena bíblica sirve como excusa para la representación de la fauna. Como ejemplo destaca El arca de Noé (Koninklijk Museum voor Schone Kunsten) en Amberes.